ENCANTADOR DE SERPIENTES

Existen personajes que cuentan con la habilidad del camaleón, para camuflarse y pasar desapercibidos, también con la del encantador de serpientes para pasar inadvertidos y situarse en lugares estratégicos que les permitan sacar provecho y ser de utilidad a sus superiores y aun así librar cualquier tipo de investigación y ponerse la playera de cualquier partido político sin problema.

Este es el caso de Pablo Héctor Ojeda Cárdenas, quien fuera uno de los principales operadores financieros del ex gobernador de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa (2010-’016),y quien además fue designado para ocultar y encubrir las ganancias provenientes del enriquecimiento ilícito. También pesa sobre él, según una investigación de la Drug Enforcement Administration (DEA), la sospecha de su presunto vínculo con la organización delictiva de ’Los Zetas’.

Con este palmarés aparece dentro del círculo más cercano del Gobernador de Morelos, Cuauhtémoc Blanco Bravo, desempeñando el cargo de secretario de gobierno y según afirman diputados de la oposición de ese estado, Ojeda Cárdenas y Ulises Blanco Bravo, el medio hermano del ’Cuau’, son los encargados de cobrar las ’aportaciones’ de empresarios y funcionarios morelenses.

Pero esta habilidad no le podía durar para siempre y se supo que la Fiscalía General de la República (FGR) y la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) de la Secretaría de Hacienda, está instrumentando una investigación en contra de Pablo Héctor Ojeda Cárdenas por el presunto delito de operaciones con recursos de procedencia ilícita por medio de empresas fantasma que constituyó supuestamente con el ex gobernador de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa.

La duda consiste en si el Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, tendrá la voluntad política de ordenar que esta investigación llegue hasta sus últimas consecuencias o que pese en él la simpatía de cuando apoyó a Blanco Bravo para que a la larga ganará la gubernatura de Morelos y quien aprovechó para librarse de las dudas que existían en torno de Blanco en el sentido que presuntamente se le pagó la cantidad de 7 millones para que aceptara ser el candidato a la alcaldía de Cuernavaca por el Partido Socialdemócrata en el 2015.

El Presidente debe sopesar muy bien esta decisión, porque existe la posibilidad que con esta investigación pueda salir raspada la figura del gobernador por aquello del descarado nepotismo existente en su administración. Pero también es magnífica ocasión para que AMLO y la 4T demuestren su voluntad política de realmente combatir la corrupción, compadrazgo y conflicto de intereses sin distinción partidista y de no ser así podrían pasar a la historia, pero por ser la nueva mafia del poder, con todo lo que ello implique.