El Estado de Emergencia y lo que viene

Iniciamos nuestras colaboraciones en este espacio escribiendo sobre la previsión de que la criminalidad urbana en México tendría un repunte y, desafortunadamente, a las causales a las que hicimos referencia, se acaba de inscribir una pandemia mundial sin parangón, la cual tendrá mayores repercusiones que la Segunda Guerra Mundial.

Un Estado de Emergencia implica la posibilidad de emitir restricciones a la circulación, a diversas actividades laborales y de enseñanza, que pueden ser endurecidas conforme al fenómeno epidémico se propague. Y en esta vertiente es donde podremos asistir a mayores y diversos fenómenos criminales que deben ser atendidos por las fuerzas de seguridad de nuestra nación.

1. Cibercriminalidad. Al cerrarse el espacio físico y, con ello, la opción de hacer operaciones de forma personalísima, las compras on line se convertirán en la opción sanitariamente segura pero electrónicamente vulnerable.

La razón de ello es que, hoy como nunca, las transacciones por internet tendrán un crecimiento exponencial y ante el tráfico de datos, los ciberdelincuentes estarán a la caza de los mismos para ser utilizados en operaciones internacionales. Ante ello, cerciórese de comprar sólo lo que realmente necesite. No atienda ofertas de objetos que no le son indispensables, pues a través de campañas sobre ofertas en equipos electrónicos, teléfonos, autos, etcétera, los criminales buscarán captar el interés de personas ansiosas por evadir la cuarentena. Por otra parte, la extorsión estará a la orden del día con amenazas que irán desde exponer sus datos en la red o bien, la de llegar a infectar a familiares suyos con el virus del COVID como ya está ocurriendo ahora mismo en Europa.

2. Robo a transporte. Al constituir el tránsito de mercancías una actividad esencial para el abasto y consumo nacional, aduanas, puertos marítimos y carreteras volverán a convertirse en el escenario donde los salteadores de caminos pretendan llevar a cabo robo de mercancías no perecederas para venderlas en un mercado negro. Esto incluirá desafortunadamente equipo médico de todo tipo. Un apartado especial merecerá el robo a los trenes de carga.

3. Narcotráfico. Resentirá una grave afectación en sus finanzas, pues por cuanto a drogas sintéticas, sus componentes que provienen de Asia, estarán rigurosamente vigilados. El narcomenudeo tendrá una alta demanda pero poca distribución ante la cuarentena que se avecina. En estas condiciones, la extorsión a domicilio tendrá un fuerte repunte en aquelas zonas castigadas por la presencia del crimen organizado. Paralelamente observaremos un despliegue territorial de grupos en disputa que aprovecharán la pandemia para la ejecución de rivales y a que la presencia policial estará destinadas a labores de apoyo contra la pandemia.

4. Robo de combustible. Si bien el bajo precio de las gasolinas inhibirá su compra en forma clandestina, los grupos criminales no dejarán la actividad ante la expectativa del cambio de precios, razón por la cual, ante la disminuición de vigilancia, habrán de empoderar sus acciones de ilegal extracción.

5. Disturbios carcelarios. Conectada con la firgua del narcomenudeo, la limitación de ingreso de personas a las cárceles implicará menos disponibilidad de droga, tarjetas de teléfono y otros insumos. Ello conllevará a una presión interna que, en los lugares con autogobierno, temdrá como escenario inmediato amotinamientos y fugas.

6. Fraudes. La venta de dólares a menor precio, insumos médicos, vacunas y demás, tendrán también un repunte conforme las fake news incrementen la ansiedad de la población.

El panorama es difícil y está por comenzar. Que la delincuencia no gane, es también responsabilidad de todos. Reciban estimados lectores, un abrazo virtual pero solidario.

Publicada en C4noticiasmx