¿EN LA ANTESALA DE UN NARCOESTADO?

Durante muchos años ha permeado entre los mexicanos una idea no confirmada, pero en todo momento latente, el nombre del cártel más grande que opera en México se llama Ejército Nacional y nunca como hasta ahora esta idea toma forma y no porque este flagelo no existiera sino porque nunca como hasta ahora el narcotráfico ha ’metido la mano’ en las elecciones, tal vez porque se dieron cuenta que con un gobierno tan permisivo es mejor darle legalidad a ’su negocio’ de la manera más sencilla sin que esto conlleve pérdidas importantes y esto es ser juez y parte o sea trasiego de droga y autoridades que permitan esto.

El Movimiento de Regeneración Nacional es el partido que más ha empujado en el Congreso la permisividad del consumo de la marihuana, tanto en lo lúdico como en lo recreativo, incluso ampliando las cantidades de posesión como de transportación y todo parece que es debido a un plan general, que sería como el esquema planteado al inicio pero ahora a escala nacional, dando certidumbre a lo que varios especialistas en la materia han dejado plasmado: se está ante la entronización de un narcoestado.

Lo que sucedió en las elecciones de junio pasado deja en claro el interés del narcotráfico y por lo mismo operó de forma libre, ya sea obteniendo el voto de los ciudadanos de esa zona con dinero o con amenazas, incluso esto quedó plasmado en el registro oficial de una participación de 20, puntos porcentuales, muy por encima de la media nacional que fue del 52 por ciento.



Esta situación desenmascara los verdaderos propósitos de minar hasta terminar con la Policía Federal y tener en mente desde un principio que la Guardia Nacional fuera de origen militar más que civil, ya que esto facilitaría su accionar y lo alejaría de los reflectores de una sociedad civil que se quedaría totalmente en manos de un ejército más al servicio de Poder Ejecutivo que del pueblo de México.

El supuesto desconocimiento del Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, en el sentido de la existencia de sólo 3 cárteles que operan en territorio nacional, pone de manifiesto el descontrol con el que opera el área de la seguridad nacional que ya está en manos del ejército, pero al que nunca responsabilizará porque sería como darse un balazo en el pie. Es por ello que lo mencionado en su discurso del 1 de julio es tomado como otro foco rojo: «No creo que se hayan creado nuevos grupos en estos dos años y medio, es el Cártel Jalisco o del Pacífico o el de Guanajuato, los que ya habían, los que estamos enfrentando no declarándoles la guerra, porque la violencia no se puede enfrentar con la violencia, sino con otros métodos más humanos y más eficaces (…) Hay gobernabilidad».

Según un estudio del CIDE Programa de Política de Drogas 2020 arroja la existencia de al menos 20 organizaciones y confirma que las más grandes se han expandido y por ello han creado células que operan de manera múltiple con la finalidad de minar el crecimiento de cárteles opositores y así tener el control de un mayor número de territorios. Si se observa con cuidado los estados que ganó Morena, en su mayoría están situados en la costa del Pacífico, muestran que son clave para el trasiego y la transportación de droga para el cliente más cotizado, que son los Estados Unidos de Norteamérica.

Si el Presidente y Morena logran concretar la transición de la Guardia Nacional al Ejército, cerrarán la pinza que necesitan para hacerse del control del país, aunque sea de la droga y no políticamente hablando, ya que no habrá lugar en el territorio nacional que el tabasqueño no tenga control. ¿Así es como quiere que se le recuerde, señor Presidente?



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