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Junio 08, 2020 14:04 hrs.
RICARDO SANHER › AquiEdomex
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Mucha agua ha corrido debajo del puente desde aquella declaración del Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, el 29 de mayo del 2019, recordando la cita del entonces Mandatario José López Portillo: ’No habrá el pago para que no me pegues, ni el no te pago para que me pegues’, al de: ’No hay medias tintas, no hay para dónde hacerse o se está por la transformación o se está en contra de la transformación del país’, declaración hecha el pasado 6 de junio de 2020.
La declaración atribuida a José López Portillo en los inicios de 1980, hacía referencia a los medios de comunicación, a quienes controlaba el PRI por medio de la venta de publicidad y el famoso chayo, aunque ni comunicadores ni políticos quisieran reconocer.
La segunda declaración trae a la memoria un concepto que en esta colaboración mencionamos desde un inicio que es la conformación de un gobierno autocrático, un gobierno en el que un solo hombre detenta el poder y lo ejerce sin contrapesos que impidan tome malas decisiones, eso es lo que deja ver la cita del pasado 6 de junio. Pero esta declaración esconde algo más grave, el desafío no es sólo para un sector productivo como los medios de comunicación, en esta ocasión se excedió y lo hizo extensivo a todos los mexicanos, llevando a la escala máxima su ego, polarizar a los mexicanos en un momento en el que su popularidad bajo en alrededor de 30 puntos, algo temerario aún para AMLO.
RICARDO SANHER
Si el país ha alcanzado este grado de polarización es en gran medida por este tipo de declaraciones, pero también esto demuestra que ese es el juego que mejor le resulta al tabasqueño porque es su manera de desviar los reflectores de asuntos incómodos, como la visita de supervisión que hizo a las obras de rehabilitación de la refinería Lázaro Cárdenas en Minatitlán, Veracruz, de la que se sabe es una de las que más inversión tuvo para su reconfiguración, pero de las que menos produce.
Señor Presidente, estos no son momentos para mostrarse intolerante con sus críticos ni actuar como si instrumentara una regresión a épocas oscuras cuando se perseguía a ciudadanos por ser diferentes en sus ideales políticos, porque precisamente ese es el proceder de regímenes totalitarios que buscan acallar todas las voces discordantes sin importar los métodos que se tengan que usar. Su índice de popularidad no está como para eso.
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