MAL MANEJO DE LA INFORMACIÓN, MAS LETAL QUE COVID-19

En México la desinformación ha sido más letal que el coronavirus, más conocido como Covid-19. Eso es lo que pasa cuando se pone al frente de una crisis mundial a alguien que aparte de no tener la jerarquía necesaria para la toma de decisiones, como lo sería el Presidente de la República, no cuenta con la experiencia ni la libertad de acción necesarias para operar una pandemia de este tipo.

Si la atención médica y de difusión fuera la idónea, entonces sabríamos que la letalidad del Covid-19 no es alta, más bien su peligrosidad estriba en que es altamente contagiosa y que no ’vuela’, es decir que no circula por el aire sino que es por contacto, pero aun así no penetra la piel sana, se introduce al cuerpo humano por absorción, es decir su vía de penetración es por mucosas, por lo mismo extraña el no ver anuncios como cuando se enfrentó la influenza: no tallo ojos, no rasco nariz y no pico boca.

Todo parece indicar que la falta de una comunicación asertiva en todas las instituciones del gobierno federal ha sido la constante en este sexenio, y cualquier problema la detonaría, como lo fue la inseguridad, los fracasos en operativos de captura de objetivos peligrosos para la estabilidad social del país, las marchas feministas y en últimas fechas la pésima información de cómo afrontar, controlar y sanar los estragos que se prevé dejará la pandemia.

Se tuvo el tiempo necesario para armar una estrategia de comunicación que ayudara a matizar los estragos que un problema de salud con estas dimensiones y la población de todo el país hubiera tenido el tiempo necesario para digerir esta información y tomar real conciencia de lo que esto engloba. Así se evitarían problemas como los que surgieron en Guadalajara, en donde elementos de enfermería de varios hospitales fueron blanco de agresiones por parte de personas que piensan que las pueden contagiar del coronavirus Covid-19.

La falta de atención para el buen funcionamiento del país, el saneamiento de sus finanzas y la campaña perenne en la que se encuentran todos los integrantes de la 4 Transformación que están en puestos clave, empezando por el Presidente de la República, en algún momento les tendría que pasar la factura a esta administración… y la pasó. Esta pandemia ’encueró’ los aviesos proyectos de la presente administración, dejando en claro el ’secuestro’ virtual que hicieron los miembros del Poder Legislativo al proponer la reelección de diputados (por cuatro periodos seguidos) y de senadores (por dos), además de la intromisión a un órgano de elección como el Instituto Nacional de Estadística (INE) que en un principio se planteó como instituto conformado por ciudadanos y no por partidos políticos y ya se dio así. Al gobierno de la 4T le vendría muy bien asesorarse con urgencia en el manejo de crisis de comunicación para saber responder con prontitud, claridad y asertividad cuando se presentan sucesos de la envergadura de una pandemia. Esto deja en claro que a estos políticos de la 4T les interesa más el poder por el poder mismo.