MÉXICO SIN TIMÓN

Se dice que una mentira de tanto repetirse se convierte en verdad, pero hay de mentiras a mentiras así como de ideas a ideotas. Se pensó que México no tendría un Presidente más torpe e ignorante que el mandatario anterior, Enrique Peña Nieto, pero no es así porque el actual aparte de ignorante tiene algo en su contra, que tiene iniciativa.
Ya sus mentiras y dichos han ido más allá de la sinrazón, al asegurar que la ciudad se fundó hace 10 mil años o que México cuenta con universidades desde hace también varios miles de años, pero eso de achacarle al neoliberalismo el diseño de nuevos derechos, como los tachó, del feminismo, ecologismo, defensa de los derechos humanos, protección de los animales para que este sistema de gobierno robara a sus anchas, es el colmo de las villanías, porque aparte de que no tiene ni un atisbo de verdad, nos exhibe como país que al timón lleva a un inculto.

Por sus últimas acciones y discursos, el Presidente ha dejado más que claro que todo lo que huela a desarrollo, superación, estudios especializados no va con sus políticas de gobierno, aunque éstas no sean tan claras. Ya se enfrentó con los otros dos Poderes de la Unión, encargados de las políticas internas del país. Lo mismo hizo con el Instituto Nacional Electoral, garante de la democracia en el país; ya tuvo sus roces con el Instituto Nacional de Acceso a la Información, organismo creado para la transparencia de los actores políticos y sus dependencias. Y en últimos días con la Universidad Nacional Autónoma de México institución en la que convergen un sinnúmero de corrientes de pensamiento que es donde se forja el futuro del país.

Está más que comprobado que para la buena marcha de un país es importantísimo contar con un esquema de salud pública digno, sana economía, políticas públicas en beneficio de la población, seguridad, tanto en las casas como en el libre tránsito, políticas agropecuarias y energéticas acorde con los tiempos actuales, las que en este régimen brillan por sus ausencia. Las esferas políticas creen que una palabra o frase puede marcar la diferencia entre la población, en regímenes anteriores se puso de moda ’solidaridad’, y en el actual está en boga ’bienestar’, como si por sí solas estas palabras pudieran mitigar las necesidades de la población.

En administraciones anteriores las cúpulas del poder se beneficiaron con las carencias intelectuales de la población, pero en esta ocasión el beneficio fue de la ira y cólera de los mexicanos que estamos hartos de tanta corrupción. En su momento Vicente Fox tuvo la oportunidad de oro para hacer el cambio, pero nada. Se pensó que no llegaría otra oportunidad así pero sí llegó y el tabasqueño capitalizó la ira y descontento de miles de mexicanos a favor de su movimiento, el cual a la mitad del sexenio da muestras claras que es pan con lo mismo, que la corrupción no se acabará o no al menos en esta administración, porque como quedó claro desde un principio este Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) es un PRI de sus inicios, con todos los vicios con los que nació.

Parafraseando al ex presidente Porfirio Díaz diríamos: ’Tan lejos de Dios y tan cerca del tabasqueño’.

www.entresemana.mx