MÉXICO Y LOS NUEVOS TITIRITEROS

Esto sólo pasa en el México surrealista de la 4T. En medio de la pandemia del coronavirus que azuela a medio mundo, en el país se libra una lucha de intereses que podría provocar una recesión económica de magnitudes apocalípticas y todo por la cerrazón del Primer Mandatario y de uno de sus principales asesores y beneficiados económicos.

Pero esta confrontación no se lucha cuerpo a cuerpo, sino como buenos titiriteros uno a través de su portavoz en la pandemia, el subsecretario Hugo López-Gatell y el otro por su comentarista estrella, Javier Alatorre.

Con los anteriores antecedentes, este problema se percibe raro, ya que trascendió que una de las empresas de Ricardo Salinas Pliego fue ’elegida’ de entre otros tres bancos (Banorte, Afirme y Azteca) para manejar los seguros de los empleados de la Secretaría de Educación Pública.

Esto se entiende mejor si se cuenta con el antecedente que Esteban Moctezuma Barragán, hombre de todas las confianzas de Salinas Pliego y actual secretario de Educación, fungió durante 17 años como titular de la Fundación Azteca. Este personaje, desde el puesto que tiene, le acaba de hacer ganar a su ex jefe mil millones de pesos en una transacción licitación en la que Banco Azteca no cumplía con todos los requisitos especificados y a pesar de ello la ganó.

Pero la cosa no para ahí, el gobierno federal designó alrededor de 25 millones de cuentas a Banco Azteca por un monto cercano a los 300 mil millones de pesos anuales, para manejar las cuentas de varios programas sociales del gobierno.

Aún hay más, por si algo faltara, Jorge Mendoza Sánchez, hijo de quien fue Vicepresidente ejecutivo de Información y Asuntos Públicos de TV Azteca, Jorge Mendoza Garza, fue nombrado director de Banobras, acertó usted, es el banco que maneja los dineros de todas las obras que hace el gobierno federal. Por estos hechos es que se presume que más allá de un conflicto de difusión de información y desavenencias televisivas, se acerca más a los clásicos distractores empleados comúnmente por el tabasqueño cuando las cosas no están funcionando como él quiere.

Se ve que el gremio de los periodistas le acomoda mejor al Presidente López Obrador cuando de ’armar escándalos’ se trata, porque en su momento arremetió contra Sergio Sarmiento, Carlos Loret de Mola, Víctor Trujillo en su caracterización de ’Brozo el Payaso Tenebroso’ y últimamente Ciro Gómez Leyva y coincidentemente cuando procura cubrir alguna torpeza de su equipo de trabajo. En esta ocasión lo extraño es que se trate de Javier Alatorre, de los consentidos del Presidente, pero más extraño es que se involucre a Salinas Pliego y aún más extraño es que este ataque sea a López-Gatell, portavoz en la pandemia de López Obrador, haya venido después de los contratos millonarios con que fue beneficiado el grupo Azteca. Los mexicanos ya no creen tanto en el mesianismo del tabasqueño y eso se ve reflejado en la caída de los índices de popularidad de AMLO y eso sí es de dar escalofríos.